Definitivo,
terminar, concluir,
final y, sobre todo,
último -así como sus variaciones- se me han prohibido durante este viernes, sábado y domingo (ni me he atrevido a decir
fin de semana). Pero ¿por qué tener más miedo a la última vez que a la primera? ¿Por qué un último adiós en lugar de una larga despedida?
Pues el viaje se
acabó. Se cansaron los ojos de mirar las montañas, llenas de molinos. Se
agotó como las teorías cinematográficas. No hay más consejos, ni aspas gigantes. Solo queda un guión, el de la vida. Ahora toca engañarse a uno mismo. Pensar en conseguir el trabajo de nuestras vidas. Escribir el diálogo perfecto, para volver a la vida.
Vigo,
ojalá no se me olvide acordarme de ti.
Ojalá no se me olvide acordarme de ti.J.C.