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lunes, 25 de enero de 2010

Gelidez

En lo más alto del cerro, justo donde las luces de la otra gran ciudad nos recuerdan quienes somos, vi un reflejo muerto y,
un soplo de aire frío me acarició la melena.

domingo, 24 de enero de 2010

Quiero noches largas

Por las mañanas creo en que existen las viejas canciones olvidadas, que aun oigo en mi oído, susurradas, cuando me decías “no tengas miedo” y aun no había empezado.

Por las mañanas huyo constantemente de las personas. Las cierro la puerta y las dejo con la palabra en la boca. Apago el teléfono y el fax para no dejar medio alguno que se comunique conmigo. Porque ahora no me apetece afrontar, pensar en facturas y sentirme acosada por los temidos números. No sentirme apresada de ninguna pasión. No sentir nada. Así puedo detener el momento, aquel en que aun dormida soy otra Irene tras los cristales del pesado autobús. Otra Irene antes de que me conduzca de nuevo a mi eterno destino. Eterna rutina. Efímera no-Irene.

Por las mañanas en que sueño escapismos. Esta semana huyo con quien quiera quedarse.

domingo, 17 de enero de 2010

A vuestra manera

Soñar con rozar el paraíso (de tu cuerpo).
Caminar con los pies de espaldas.
Dibujar la orilla del mar (que nunca ví de Barcelona).
Creer volar.
Volar.
Recordar momentos (cientos).
Gritar (o susurrar).
Seguir dormida con los ojos abiertos.
En el camino, volver a encontrar (me).
O quizá solo detenerse a contemplar la magnitud del infinito.


miércoles, 13 de enero de 2010

El rapto de la primavera

La juventud se iniciaba en sus caderas, que comenzaban a redondearse. Las risas incontrolables pronto empezaron a sacarle de quicio. Pero ellas no sabían dónde estaban. Ni qué hacían. Ni lo que iba a pasar.

La licra las hacía llorar y los inmensos botes de laca las hacía sentir seguras. Pero aun así, nada las paraba. Sus cuerpos tomaban posiciones, sus mentes cantaban el tiempo de Björk. Y los jueves a las ocho hacían detener el tiempo.

Por eso mañana será otro día triste. Porque mañana te irás y será otro jueves.

Se irá lejos y se llevará los pasos que trajo.

Y olvidaremos que fue a finales de aquel verano, el septiembre en que empezó todo, cuando una fotografía a media tarde capturó sus interminables piernas. El año en que pactamos vivir para patinar.

martes, 12 de enero de 2010

Necesito escribirte un poema para contarte que ya no vivo porque no encuentro el porqué. Que ya no me siento única. Hemos dejado de ser libres y, ni tú eres para mi, ni yo me pertenezco a mí misma. Porque en estos tiempos no importan las pequeñas cosas. Discutir es la droga de cada día. Por eso mis irrevocables síntomas se reflejan en tus pupilas, y el verde de tu circunferencia se apaga cuando me ve llorar. Y todo junto es un cúmulo de mierda.

Hemos creado un mounstro.

Aun así intento recordar, lo bueno que fue el pasado, aunque solo sea para imaginarme que no vivo este presente. Que seguimos siendo dos. Nosotros. El y ella, la vieja historia.
La noche me desvela, me envuelve en un agitado ruido. Headache. Depresión. Muerte. Y si te odió será porque no paro de amarte y, si te envidio será porque me enloquecen tus palabras y, si me enfado será porque he enloquecido. Y si río será cuando vuelva a nacer.

domingo, 10 de enero de 2010

Frío

Estoy tan desconcentrada que oigo caer los copos sobre el duro asfalto e, incluso si me abstraigo aún más, escucho tus latidos furiosos, rotos en la conversación. Y en cuestión de minutos, el devenir del hombre se mezcla con el invierno, los enfados con el encierro y, si cabe, la imagen sintética de mi ventana abandonada de vida.

Y me pongo a contar el tiempo que llevo sin sonreir, la cantidad de gritos por soltar y el sabor de las lágrimas que se llevan mis sábanas, pero prefiero dejarlo todo y seguir escuchando, ya no sé si los copos en silencio o el silencio que dejan en este doloroso invierno.

miércoles, 6 de enero de 2010

Porque…

De mis labios se escapó un inseparables.

Su risa desvergonzada me hizo reír a mí también.

La magia de las palabras fluyó con su canto.

A veces la Nada se convierte en un Todo.

Intento capturar el instante de verlas a mi lado.

…y porque no puedo ofrecer nada mejor que estas palabras que no son nada sino amor, afecto, ternura, cariño, halago, virtud, apoyo y agradecimiento que siento al tener esta inmensa amistad. Siempre nuestra. Eternamente.


Dedicado a aquella chica que vi una mañana cualquiera, que aireaba su melena sobre la Nada y que a través de sus esferoidales ojos me mostraba su interior y, también, para una grácil Mujer, capaz de detener el tiempo gracias a su magia liliputiense, que Todo controla.

Gracias.