Estamos hechos del olvido
de alguna fecha importante,
del eco de un portazo,
de insultos afilados como cuchillos ciegos,
de tus dolores de espalda
y de mi jodida jaqueca.
De sobres de ibuprofeno en la encimera
y paroxetina en los cajones,
de perchas que sostienen un verano
que nunca volverá.
Pero también amor, estamos hechos,
de este café con vistas a tu boca,
del siempre es primavera allí en tus ojos,
del yo te salvaré de la tormenta
a precio de un abrazo interminable.
Del déjame escribir luego te quiero,
del te quiero querer luego te escribo,
del no se qué escribir si no me quieres.
E. Pérez.