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miércoles, 30 de junio de 2010

Madrid, ciudad de vacaciones.

Vuelvo de saborear el ecuador entre la noche y el día y con el deseo escondido de sentir una piel distinta (pero 400 kilómetros me impiden si quiera imaginármelo).
Finjo sentirme bien, finjo no extrañar nada. Quiero alcanzar la cúspide de tu cuerpo pero no puedo ni rozarlo. Estoy al borde del abismo.
Me mata este verano simulado. Miento. Me mata este verano sin metro ni billete a donde viajar.

viernes, 25 de junio de 2010

No me gusta escribir sobre amor.


Prefiero escribir con amor.

Me dan miedo las tormentas.

El final de todo. El verano que se dispone a decir adiós. A las niñas, al inglés, al metro recién levantado, al café caliente y a su mirada revuelta. Demomento me consuelo con un hasta luego Madrid. Porque a mi también me gusta ir a ver el mar y sentarme mientras mis pies se hunden lentamente en la arena. Consigo desaparecer. Y en lo más lejano del horizonte se encuentra mi mente vagando. Allí estaré, escondida en una cala levantina, lejos de estos demonios, del secano que tuesta mi piel, de mis patines, de mis debilidades y de mi propio yo.

martes, 22 de junio de 2010

Ya no canta más canciones.

Y yo me olvidé de escribir tonterías.

viernes, 18 de junio de 2010

Juicio final.

"No queremos escuchar lo que nos dicen. No queremos un gobierno, ni políticos cualesquiera que sean sus partidos, que engañen, roben o callen. No queremos a esta, nuestra España, parada por falta de iniciativas. No queremos una educación basada en la autosuperación. No queremos una cultura taurina, xenófoba, milagrosa", explicaron unos locos (que no pocos) del sur.
En algunos intervalos, de tan sublime conversación, creí sentir algunos atisbos de tí. Como si quisieras decirme algo, intervenir. Más no fue posible, que creerte en sueños real.

¿Acaso eres tu realmente consiciente todo esto?

sábado, 5 de junio de 2010

Lentamente.

Un bol de leche blanca y cereales de chocolate. Noche de sábado. Síndrome de abstinencia. Tedio. Dejas la ventana abierta y el calor me ahoga.
Escribir por escribir.

Mujeres.

Imposible desprenderme de tu olor que rebasa los límites de mi propio desierto.