Ese lugar por el que camina mucha gente, pero en el que nadie decide quedarse. Similar a una estación, Atocha por citar alguna -y esta en concreto sabe mucho de esto-, van y vienen, vuelven y regresan.
Ese carácter temporal de los meses que traen tantas cosas por caducar (y no hablamos de yogures).
Tendremos que vernos el próximo abril.
O la próxima temporada.
O cuando termine de llover en esta tierra de nadie y crezcan los cultivos, si es que no es demasiado caro. Ni demasiado tarde.