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sábado, 31 de julio de 2010

Círculo de Bellas Artes.


No hace más de cinco horas desde que me he acostado, pero ya he encontrado algo nuevo con lo que maravillarme. En la azotea más alta de Madrid el sol cegador me hace llorar, impidiéndome fotografiar la Gran Vía.
Pero desde este cenit la imaginación vuela a lo que fue el Madrid de 1936. Claro, que Robert Capa y Gerda Taro coperan en ello revelando el bando republicano desde un fotoperiodismo auténtico.

viernes, 30 de julio de 2010

Yo también soy guardia civil.


El billete nos habló de nuestro destino, estación María Zambrano. Qué importaba. Ni la mayor rigurosidad periodística hubiera acertado en el resultado:
- 3 pérdidas.
- 1 robo.
- 2 lágrimas.
- Incontables carcajadas.
Y sobre todo sal, mucha sal. Total, siempre habrá agua para aliviarse.

domingo, 18 de julio de 2010

El beso en que siempre creímos.


Una tarde en el Caixaforum:
El circo de las ilusiones de F. Fellini y las magníficas fotografías de Walter Astrada y Emilio Morenatti.

El dolor de aquellos visto desde sus propios ojos.

viernes, 16 de julio de 2010

Mixed Use, Manhattan.



Tarde paseando por (mí) Madrid. Y en el Reina Sofía.

domingo, 11 de julio de 2010

Una frase que no me lleve a la redundancia.

Quiero desprenderme de tu recuerdo o me volveré loca. Y si hoy no gana nuestra selección, entonces esto se convertirá en un país de dementes. ¡Lo que nos faltaba!



Horas antes del evento más esperado del 2010, cuando exclusivamente se pueda pasear lentamente por las calles de Madrid, mato el tiempo y me sumergo en un desierto africano. Mi mente se invade: hoy seré "la negra" por no poseer ese espíritu que me haga gritar efusivamente al televisor. No me importa, os veré sufrir mientras calme si sed con una cerveza e intente callar el recuerdo del amor.

"Pero el pensamiento en cuestión no aparece sino en el momento en que, tras varias horas de febril agitación, el punto álgido del ataque se aleja poco a poco, e, inertes, empezamos a sumergirnos en un estado de agotamiento e impotencia absolutos". R. Kapuscinski.

martes, 6 de julio de 2010

Seis del siete: quiero ser yo contigo uno.

Tumbada boca arriba, tapada con tu camiseta porque hace frio. De repente te mueves, me dices que estás sudando. Le doy más fuerza al ventilador. Tu mano se sitúa encima de pierna y me susurras que te escriba, mientras la gravedad me empuja sobre tu colchón reclinado.

Aunque aquella noche viera con total claridad la tenue luz que irradiaba el castillo de Almodovar del Río. Aunque haga dos años del viaje o las malas lunas persistan, siempre, siempre habrá momentos para que yo recuerde Córdoba.

lunes, 5 de julio de 2010

Irresponsables pero ogullosos.

Alomejor hace cuatro o quizá cinco años de aquello, pero el sábado volví a ponerme mi traje de hawaiana (bueno solo una parte de él).


También decidí beber unos chupitos (tan poco alcohol para tantas penas).


Quise sentirme viva. Besar y abrazar. Quise estar con Laura y darme cuenta de que nunca se había marchado.


Pero lo más soprendente de todo, de este no-verano, de esta etapa de evolución y de este fin de semana en concreto, ha sido saber qué es un amarillo. "El mundo amarillo". No he leido la obra. No sé si lo haré. De momento sé que he descubierto lo relajante que es escribir a plena luz del día, con la persiana bajada y alumbrada por la simple luz del ordenador. Escribir por escribir, mezclando sentimientos, personas, días, fechas, palabras, antónimos. Escribir para decir todo. Escribir para que nos volvamos a ver. Escrbir para perpetuar que he conocido a mi primer amarillo sin ni si quiera haber leído la obra.


Y ahora escribir para contar un secreto: las buenas personas siempre tienen un lugar en la tierra.

Y yo nunca había remplazado tu espacio, porque ni cien personas juntas lo hubieran llenado.