Tamara, Laura y Olga le acompañaron hasta la puerta. De fuera se entreveía algo de tráfico, poco para ser viernes. También se escuchaban los pasos ansiosos de la gente que se dirigían a la estación. Abrió la puerta y, antes se irse para siempre, esbozó una sonrisa.
Que te vaya bien, pensó de camino a una nueva vida.
Tal vez, le venga bien aprovechar lo que le apetezca de la antigua vida antes de adentrarse en esa estación.
ResponderEliminar