Qué repentino eso de luchar en un desierto abierto. De enfrentarlo con los pies hundidos en la arena. Sí, la misma arena que luego hay que sacudirse antes de cruzar el umbral que separa un erial de otro. Qué fácil el decir "esta contienda acabará", aun cuando es una guerra fría
para no perderle,
para hacerte frente,
para despedirte,
para pedirle que se quede siempre.
Guau...
ResponderEliminarSolo tú y yo sabemos lo que ignora la gente
al cambiar un saludo ceremonioso y frío,
porque nadie sospecha que es falso tu desvío,
ni cuánto amor esconde mi gesto indiferente.
Solo tú y yo sabemos porqué mi boca miente,
relatando la historia de un fugaz amorío;
y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío...
y aún nos arde en los labios algún beso reciente.
Solo tú y yo sabemos que existe una simiente
germinando en la sombra de este surco vacío,
porque su flor profunda no se ve, ni se siente.
Y así, las dos orillas, tu corazón y el mío,
pues, aunque las separa la corriente de un río,
por debajo del río se unen secretamente.