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lunes, 5 de octubre de 2015

Soledad compartida a medias

De una caja de almendras vacía,
de un "hola, me apetecía hablar" a las cuatro de la mañana,
de copas vacías frente al televisor,
de llamadas que nunca recibes,
de todo eso está hecha su soledad.

La percibo así, cuando me llaman la atención sin ni siquiera saber si yo también lidio con ella.

Sí, me habla. Me pide que la describa.
Soledad eres intensa, temida y deseada al mismo tiempo, le digo.

Estás hecha de...inquietud y nostalgia,
del calor que queda cuando se evaporan las palabras en los labios,
de los lugares vividos,
de lo que jodidamente no se deja ver,
de mis silencios.

Ahora ya lo sabéis, somos soledades compartidas. Subo en el último autobús, es noche cerrada, la soledad me habla y tú de ella, sin saberlo y seguramente sin quererlo.

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