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domingo, 5 de septiembre de 2010

Cada verano tiene historia.

No quería escribir por no enfrentarme con la última entrada del verano. Sí, es verdad, para mí se acaba: las tardes vacías las ocuparé con quehaceres futiles. Y ya está, no emplearé más palabras banales, odio las apariencias. El lunes el sol dirá y, quizá, podrás rebañar escasos rayos de calor, siento haber acabado con todos (el cuerpo me lo exigía).

Ahora que todo es insuficiente, recuerdo aquellas maravillosas vistas y el "sabio" consejo que un chico compartió con su pareja: cada persona tiene un verano y cada verano su historia.

by Irene.

Recuerda bien este momento porque puede que no vuelva a suceder nunca.

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