Quiero un minuto para permitirme una carcajada más,
otro sorbo para ver tus ojos guiñados.
Platos vacíos. Corazón atiborrado.
Rojos, negros, azules y marrones para cada sábado. Así las noches parecen menos tristes y los días se convierten en madrugadas.
¿Y si te pido gritar? Porque me siento misántropa, delirante, excéntrica. Hoy, más azul que nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario