-¡Déjame!¡Déjame! Si he hecho mal, muero por ello, eso basta. Tú también me abandonaste. ¡Perdóname tú!
- Es difícil perdonar cuando miro estos ojos y toco estas manos descarnadas. Bésame de nuevo, pero no me muestres tus ojos. Te perdono lo que me has hecho. Amo a mi asesino, pero al tuyo ¿cómo puedo amarle?
E. Brontë.
Un baile que no cesa.
ResponderEliminarQueda poco para tu cumple. ¿Donde nos vamos?
Te quiero callejera.
White Rose.