Entraron muy rápido. Impacientes porque hacía más de quince minutos que una periodista había desaparecido. No se percataron del silencio de la sala, iluminada a penas por una pantalla de un ordenador. De espaldas a las investigadoras, alguien tecleaba velozmente.
Entonces, una de las mujeres, conocida en el cuerpo como Palem, se sacó la vara (similar a las reglas que emplearon en el pasado los maestros)e inesperadamente golpeó la mesa.
¡Bum!
Un ruido estremecedor inundó aquel lugar.
- ¡Álvaro! Estamos buscando a la periodista, ¿la has visto por aquí?
En ese momento, el doble de Álvaro se dio la vuelta y, contesó:
- No he visto a nadie por el momento...
A partir de aquel instante, en el que la risa hizo olvidar cualquier desaparición, la investigadora Palem fue renombrada como la Lapesinvergüenza.
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