Esa noche dijeron que era el principio del Todo. Porque veinte años no son nada (aunque escondían sonrisas inocentes).
Después de tantos meses, nos volvimos a juntar, nosotros y el tiempo, porque acabaron dándonos las seis y allí no había quien nos parase. De esas veces en las que los bailes arrítmicos y las sonrisas se mezclan. Y los besos con el ron o, batallas con sabor a limón. Creo que volví a sentirme viva.
O por lo menos joven.
Supongo que será por Todo lo que nos falta por hacer (que es mucho) y, esperemos que entre ese Todo, hayan magníficos viajes, como me prometiste.
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ResponderEliminarNoto algo (en el blog) ... llámale 'cambio' :)
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